Tras una nota en la que habló de todos los temas, recibió el premio a Mujer Ícono de América en el America Business Forum.
Susana Giménez repasó su trayectoria: las perlitas, el éxito y el papelón de una entrevista fallida a Bill Clinton.
Este viernes se llevó adelante la sexta edición del America Business Forum, el evento figuras y referentes latinoamericanos. En esta oportunidad la cita tuvo lugar en Punta del Este y Susana Giménez recibió un premio a la trayectoria como “Mujer Ícono de América”. Este fue el regreso a escena de la conductora que conversó en un mano a mano con Ismael Cala en el que contó cómo atravesó el COVID-19, habló de su presente e hizo un repaso por su carrera.
La actriz y conductora admitió que no la pasó nada bien durante la enfermedad. Más allá de los síntomas explicó que tuvo mucho miedo y que estuvo muy sensible. Entonces reveló que hizo el clic cuando el médico le pidió que dejara de llorar porque iba a salvarse: “Me decía ‘no te vas a morir porque tenés una Pfizer, entendelo’”.
Acto seguido remarcó que había ido a Uruguay a vacunarse, entonces el presentador destacó que lleva mucho tiempo en el país. “Sí, yo tengo mi casa acá, los perros, los patos… que me los roban bastante los patos”, dijo haciendo estallar de risa a todos. Sin embargo, comentó que se quejó con el intendente Enrique Antía por las desaparición de los patos de la laguna.
Retomando el eje, enumeró que disfruta muchísimo de la naturaleza, el silencio, leer, pintar… Y sorprendió al revelar que lo que más le gusta es usar outfit cómodos, nada de tacos ni maquillajes.
Se trató de un distendido ida y vuelta, en el que por supuesto no faltó un repaso por algunas de sus perlitas más recordadas: entrevistas, sketches, conversaciones con chicos y más. Al volver al piso, ella afirmó: “No hay nada que me divierta más. Es parte de mi personalidad”. Entonces reveló que parte de su inspiración para hacer Hola Susana fue Pronto Raffaella y que Carrá aceptó con orgullo que fuera ella quien llevara adelante el ciclo en Argentina.
En un momento de la entrevista, el conductor hizo referencia al evento y explicó: “Tu has sido un gran negocio. Según los expertos me dicen que sin dudas eres la mujer más acaudalada y con mayor fortuna del mundo del entretenimiento”. “No lo digas”, lo interrumpió Susana que señaló divertida: “Mirá si te escucha la AFIP de la Argentina. Por suerte soy ciudadana uruguaya”. Más seria, admitió que tuvo cierta inteligencia financiera para invertir y no despilfarrar.
Consultada por su presente sentimental, sostuvo que no quiere tener un hombre más porque está harta. “He sido amada. He amado menos de lo que me amaron. Aparte, a mí me gusta la gente más joven que yo, y sufrís, ya no se puede”, expresó. “Una maldición árabe es ‘Ojalá que te enamores’, y es bastante cierta. O te meten los cuernos, o te engañan, o te afanan. Es la verdad”, enumeró entre aplausos.
Dejando en claro que no comprende las relaciones largas, recordó el romance con Mario Sarrabayrouse y el embarazo de su hija Mercedes, cuando solo tenía 17 años. “Pensé que mi papá me iba a matar y pensé en hacer muchas cosas. Bajaba las escaleras, me tiré del techo del barco. Mecha siempre me lo reprocha”, reconoció. Tras afirmar que nadie se animaba a contárselo a su padre, reveló que fue su futuro suegro quien lo enfrentó. Entonces comentó que él solo le dijo que debía casarse, decisión que describió como “un error”.
Consultada sobre el papelón más grande de su carrera, señaló la anécdota de la entrevista fallida con Bill Clinton. “Nos encontramos en el hotel San Rafael y a Luis Cella le ofrecen una nota con Bill Clinton. ¿Por qué me daría una nota a mí?”, recordó.
Susana Giménez recibió el premio a la Mujer Ícono de América.
Pese a la desconfianza que le generaba fue a pedirle dinero a Yankelevich que no aceptó, entonces decidieron hacerlo por su cuenta: “Pusimos la plata a medias y fuimos a Chicago con Miguel Romano, mi peluquero, Juan Carlos, mi maquillador, mi novio del momento y Luis”.
Tras los preparativos llegaron en limousine, pero no había nadie: “Se acercó una señora grande y nos preguntó si esperábamos alguien. ‘Estamos esperando al presidente Clinton’, le respondí, roja como un tomate. Nos invitó a retirarnos. A Luis casi lo ahorco. De ahí me fui a Miami y todos se volvieron a Argentina. El papelón más grande de mi vida”, cerró.
Tras un clip que repasaba su trayectoria, el auditorio se puso de pie entre aplausos y apareció en Ignacio González, el creador del American Business Forum. Entonces Susana recibió su premio, una obra del reconocido escultor uruguayo Pablo Atchugarry, en manos de su nieta Lucía Celasco.
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